Cuando haces algo durante cinco generaciones, te vuelves bastante bueno.

Hemos cultivado soya en nuestra granja en las afueras de Iowa City, Iowa, desde que mi bisabuelo compró este lugar. Crecí aquí, mis hijos están aquí. No existe mejor lugar en el mundo para formar una familia que en una granja.

Como padre, mi principal tarea es enseñarles ética laboral y valores a mis hijos, y sucede que amo y me apasiona la agricultura y deseo que ellos sean una parte de esto conmigo. No puedo imaginar un sentimiento mejor que mirar a mi hijo correr hacia la cosechadora y subirse, con los ojos bien abiertos al observar las luces, los sonidos y los cultivos entrar. Me remonta a las épocas donde solía sentarme con mi padre en la cosechadora y con mi abuelo antes de eso.

Creo que el mayor cambio que dejaría a mi abuelo desconcertado sería nuestro período de cosecha. En su época, sembraban después del Día de las Madres; hoy en día, intentamos haber finalizado para ese entonces. Pero el tema constante a lo largo de las generaciones es el amor por la agricultura, la pasión por el trabajo y el respeto por la tierra.

Requiere compromiso

Hay momentos en los que, por supuesto, me gustaría estar más presente en la vida de mis hijos, así como me hubiera gustado que mi padre hubiera estado más presente en la mía. Pero la agricultura realmente no conoce de horario de oficina. Estamos allí hasta terminar el trabajo y, algunas veces, esto genera estrés en la vida fuera de la agricultura. Solo hay que seguir avanzando, ya que el único día de pago viene al final.

Rob Saldek

En un trabajo regular, se mide el tiempo en horas, días y semanas. Pero nuestro trabajo depende de las temporadas. Es un arte y una ciencia. En la primavera, debido al clima, tenemos un período muy corto para sembrar y los días son largos. Debemos tomar decisiones según la temperatura y la humedad: vamos al campo, ponemos las manos en el suelo y sentimos la tierra. No existe un Almanaque para agricultores que pueda decirnos exactamente cuáles serán las fechas ideales para sembrar. Esto cambia todos los años.

En el verano, evaluamos cómo están creciendo los cultivos. No podemos hacer cambios en los cultivos actuales, pero los usamos como escuela para lo que haremos diferente el año siguiente. Siempre estamos aprendiendo. El verano también es más relajado; es el tiempo en el que puedo pasar tiempo con mi familia, hacemos una huerta e intentamos aprovechar al máximo las vacaciones.

Y luego, en el otoño, volvemos a las largas horas de trabajo hasta que está todo finalizado.

Para lograr soya de calidad, es necesario prestar atención a los detalles. Hay que observar pequeñas cosas. Desde el momento en el que pones la soya en el suelo, el espaciado debe ser preciso. Los nutrientes del suelo deben ser adecuados. Cuando logras hacer eso bien, obtienes una producción alta, que es la forma en la que nos ganamos la vida. No tomamos atajos; intentamos hacer lo mejor que podemos ya que, a fin de cuentas, es en verdad lo que nos importa.

Creo que es estupendo poder cultivar algo local aquí en Iowa y que se distribuya a través de Herbalife Nutrition al mercado global. Esos productos realmente están cambiando la vida de las personas y es muy reconfortante saber que Herbalife Nutrition comparte la misma pasión que nosotros por producir un producto de calidad.

Un secreto: no creo que la agricultura sea un trabajo arduo. Creo que, si haces algo que amas, nunca trabajarás un solo día en tu vida. Ver a mis hijos entusiasmarse por hacer algo en la granja me demuestra que las horas que invertimo y este estilo de vida valen la pena.