Cada futbolista profesional le contará lo mismo: este era su sueño desde que era pequeño. También era el mío, pero el fútbol significaba algo adicional para mí: era la posibilidad de lograr una vida diferente, una vida que tuviese un futuro más brillante.

Colombia registró altas tasas de violencia durante la década del noventa, las cuales por fortuna mi país ha superado. Pero en esa época, la práctica del deporte era una alternativa a una vida de violencia.

Al crecer me enfoqué en ser el mejor jugador de fútbol posible con el propósito de llamar la atención y de tener la oportunidad de jugar profesionalmente. Sin embargo, una vez cumplido ese sueño, empecé a preguntarme: ¿cómo podría retribuirle a mi país y a mi comunidad? La lectura de John C. Maxwell me inspiró y se me ocurrieron dos respuestas: crear una fundación y mi propia empresa de ropa.

El propósito de la Fundación Juan Cuadrado es ofrecer oportunidades a niños de escasos recursos. Utilizamos el deporte y la cultura como medio de integración y transformación social: a través de las escuelas de fútbol, teatro y liderazgo enseñamos valores, compañerismo e integridad. Nuestro propósito es mostrarles a los niños que, si se trabaja duro y uno se mantiene fiel a sí mismo, los sueños pueden hacerse realidad.

Algunos podrían pensar que el espíritu empresarial y el trabajo filantrópico no van de la mano; en realidad, son una combinación poderosa. Una de las principales razones por las que inicié la marca Juan Cuadrado Jeans fue para crear puestos de trabajo. El desempleo es un problema social apremiante en Colombia, y sentí que podía hacer más por mi pueblo. Además, una parte del dinero que obtenemos por medio de la tienda va a la Fundación, lo que la convierte en el ciclo perfecto en el que todos ganan.

 Pero ser empresario también trae consigo desafíos. El consejo principal que tengo para las personas que empiezan su propio negocio es el siguiente: hagan que la integridad sea el eje de su rutina diaria. Hagan siempre lo correcto, incluso si nadie los mira. Sean disciplinados, trabajen arduamente y tengan fe en Dios. Yo no doy nada por sentado. Hoy en día, tengo una fundación, una compañía y una carrera exitosa, pero sé que tengo que trabajar mucho todos los días para que siga siendo así.

Y esa mentalidad es la que utilizo para abordar el fútbol. Entreno regularmente, incluso cuando estoy en vacaciones, y me aseguro de tener una dieta equilibrada. Gracias a mi asociación con Herbalife Nutrición, he aprendido que una buena nutrición e hidratación son esenciales para mi rendimiento porque me permiten tener más energía y una recuperación más rápida. Presto atención a todo esto porque quiero seguir inspirando a los niños para quienes el deporte es el camino hacia una vida diferente, más sana y más feliz.