Recibí la llamada que nadie quiere recibir.Mi médico me pidió que fuera a su consultorio para discutir los resultados de las pruebas después de encontrar una masaen mi pecho. En diciembre de 2017, recibí mi diagnóstico: tenía cáncer de mama.

Mi reacción fue de conmoción e incredulidad. Soy madre de tres niños maravillosos, que lo son todo para mí. También soy la esposa de Nick, mi maravilloso esposo por casi 20 años. Soy fisioterapeuta, empresaria, amiga, hija y ahora sobreviviente de cáncer de mama.

Empecé el negocio de Herbalife Nutrition hace 11 años para poder tener un equilibrio entre vida  personal y trabajo, y dedicar mi tiempo, energía y recursos a mis hijos. Cuando supe que tenía cáncer, la posibilidad de no estar allí para verlos crecer, ir a la universidad o casarse me asustó, pero fue este mismo pensamiento el que me inspiró a luchar con todas mis fuerzas para superar mi enfermedad.

He pasado por quimioterapia, cirugía y radiación. Todos le hicieron daño en algún grado a mi cuerpo y muchas veces me sentí agotada, pero hubo un elemento crucial que me mantuvo en marcha: el apoyo de la comunidad. Mi familia y amigos me alentaban cada día y me traían paz y alegría. Me conmovió cuando mi segunda familia, el equipo de Herbalife Nutrition, también estuvo presente para ayudarme. Hacer este negocio me ha brindado la oportunidad de ayudar a cambiar la vida de las personas y proporcionarles una comunidad de apoyo. El amor y el apoyo que obtuve de los distribuidores y clientes en mi momento de necesidad fue simplemente increíble.

Mi familia y yo recibimos innumerables comidas mientras realizaba mis tratamientos. Mis amigos del club de nutrición organizaron “Sesiones Rosas”, donde impartieron clases de cardio-drumming con camisas rosadas que decían “Shayna Sé Fuerte”. Amigos y colegas viajaron desde varios lugares del país para acompañarme en mis tratamientos de quimioterapia y radiación. Recibí innumerables notas, fotos, publicaciones, regalos y textos de los distribuidores y empleados de Herbalife Nutrition. La energía positiva y el apoyo que recibí fueron parte integral de mi proceso y críticos para mentalizarme para seguir avanzando.

También obtuve fuerza al hablar con mujeres que habían pasado por lo que yo estaba experimentando. Antes de mi diagnóstico, no sabía casi nada sobre el cáncer de mama y aunque el proceso de cada persona es diferente, conectar con mujeres que compartieron mi diagnóstico fue una guía increíble para mí. Ahora espero poder ser ese apoyo para otras mujeres.

Estoy feliz de poder decir que he vencido el cáncer de mama y me siento increíble. Estoy recuperando mi energía y estoy ansiosa por volver a hacer algunas de las cosas que amo. Espero el futuro ahora más que nunca. Pienso en los próximos cinco, 10 o 20 años, y visualizo cómo serán para mi familia y para mí. Me imagino viajando y llevando a los niños de vacaciones. Espero que crezcan y que todos nosotros pasemos a la siguiente fase de nuestras vidas como familia.

Para las personas que están pasando por una situación difícil y que  no tienen un sistema de apoyo, las animo para que sean abiertas sobre su historia. Una de las cosas más bonitas que experimenté fue que cuando las personas sabían que tenía cáncer de mama, no importaba si me conocían bien, apenas me conocían o no me conocían en absoluto, me extendían la mano o me contaban su historia. Abre tu corazón y la gente responderá.