Alguna vez te has preguntado, ¿qué causa la obesidad? La respuesta no es tan sencilla como llevar una dieta poco saludable o la falta de ejercicio. El estatus socioeconómico, la genética, el acceso a la educación y los hábitos culturales forman parte de esta enfermedad que depende de una gran variedad de factores.
Durante las últimas dos décadas, una mayor prevalencia de obesidad y sobrepeso ha afectado a la comunidad latina. De acuerdo con los Centros para el control y Prevención de Enfermedades, casi el 50 por ciento de los 93.3 millones de adultos obesos en los EUA son latinos.
Ser conscientes de la complejas causas de la obesidad y sus riesgos puede ofrecer a la población vulnerable herramientas para prevenirla.
4 formas en la que los latinos pueden prevenir la obesidad
Tradicionalmente, los latinos tienden a considerar a las personas con sobrepeso como “saludables” y a las personas delgadas como frágiles y enfermas. Cambiar los estereotipos culturales y brindar educación nutricional apropiada es crucial para disminuir la prevalencia de la obesidad en esta comunidad.
Estas son algunas de las formas en las que podemos abordar el problema:
Implementar programas de educación nutricional alineados a la cultura
La comida latina tiene como base cereales y especias, como el maíz, el arroz, los frijoles y el chile. Si educamos a las personas en el campo de la nutrición, no deberíamos dejar de lado estos alimentos. Sin embargo, los nutricionistas necesitan tomarlos en cuenta y brindar alternativas de cómo incorporarlos en una dieta saludable.
Involucrar a toda la familia
Para que la educación nutricional sea exitosa en las comunidades latinas, debería involucrar a toda la familia. Los latinos son expertos en comidas familiares; compartimos la mesa y comemos la misma comida. Si tenemos malos hábitos, toda la familia los tendrá. Si cambiamos estos hábitos, les será más fácil a todos los integrantes de la familia seguirlos e intentar opciones alimenticias saludables.
Educar a todas las edades
La educación nutricional debería comenzar en la infancia, de esta forma los niños no estarán mal informados acerca de la obesidad. Los padres que son responsables por lo que sus hijos comen en casa y por la preparación de los almuerzos escolares también se pueden beneficiar de la educación nutricional. Finalmente, es importante reeducar a la población de adultos mayores latinos, quienes tal vez no saben que lo que solían comer ya no se considera saludable. Los hábitos cambian y los alimentos también.
Brindar alternativas nutricionales económicas
El primer paso hacia el cambio de malos hábitos es la educación; sin embargo, debe ir acompañada de alterativas nutricionales económicas. Por otro lado, las personas viven en un ambiente obesogénico lleno de opciones baratas, rápidas y no saludables que pueden hacer que sea difícil cambiar de hábitos.
Por qué enfrentar la obesidad es crucial
Las personas que tienen obesidad corren un alto riesgo de contraer varias enfermedades graves y trastornos de salud, dentro de las cuales se incluyen:
- Diabetes tipo 2
- Presión alta (hipertensión)
- Enfermedades coronarias
- Derrame cerebral
- Algunos tipos de cáncer como el de endometrio, seno, colon, riñón, vesícula e hígado
- Enfermedades mentales como la depresión clínica y la ansiedad
Las instituciones de gobierno, los proveedores de salud y las autoridades sanitarias han invertido mucho esfuerzo para abordar la obesidad en las comunidades latinas; sin embargo, ninguna medida ha tenido un impacto trascendental por sí misma.
Al ser un problema multidisciplinario, atender la obesidad es un esfuerzo coordinado que necesita ser atendido desde diferentes perspectivas: nutrición, acondicionamiento físico, psicología y educación.
En el corto plazo, pensemos en programas de concientización masiva que expliquen la información robusta que ya existe dentro de los medios de comunicación que la comunidad latina consume: programas de televisión, revistas, programas de radio. Deberían enfocarse en enseñar nutrición saludable, no como una dieta, sino como un estilo de vida. En el largo plazo, deberíamos presionar para ofrecer educación nutricional dentro de las escuelas en todos los niveles y la creación de más áreas deportivas comunales, acceso a la educación y apoyo social.
Si las comunidades latinas tienen acceso a alternativas nutricionales económicas y a una educación nutricional adecuada a su cultura, sería más probable que adoptaran hábitos saludables y activos y además se los trasmitieran a sus amigos y familiares para así forjar un cambio comunitario. A través de una educación nutricional de calidad, motivacional y fácil de recordar podemos ayudar a los latinos en su búsqueda de un estilo de vida más saludable.