Una de las necesidades más básicas del ser humano es sentirse seguro y protegido. Con frecuencia, esto nos hace pensar desde una perspectiva de seguridad física, como los índices de criminalidad o conflictos. Pero la seguridad también involucra la alimentación, saber cuándo y cómo podrás consumir tu próximo alimento y tener acceso, en general, a suficientes alimentos asequibles.
Estamos experimentando una amenaza hacia nuestra seguridad alimentaria por la disminución al acceso a comida nutritiva. Después de décadas de disminución constante, la hambruna mundial ha ido aumentando lentamente desde 2015. De acuerdo con el informede la Naciones Unidas sobre el estado de la seguridad alimentaria 2020 (SOFI, por sus siglas en inglés), a la fecha, dos mil millones de personas en el mundo no tienen acceso regular a suficientes alimentos nutritivos.
Líderes políticos del mundo han reconocido este asunto importante y han establecido un fuerte llamado a la acción para eliminar la hambruna y la inseguridad alimentaria para el 2030 como parte los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas.
Por qué el objetivo de Hambre Cero está en peligro
Puede ser difícil de imaginar que cerca de tres mil millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable, y además, que 1 de cada 10 personas están experimentando una grave inseguridad alimentaria: muchos de nosotros vemos la obesidad en aumento y nos confundimos cuando hablamos acerca de la hambruna. Las estadísticas son, al mismo tiempo, alarmantes y desconcertantes, pero la hambruna es un problema complejo que involucra mucho más de lo que se ve a simple vista.
Analicemos la triple carga de la malnutrición:
- desnutrición
- carencia de micronutrientes
- obesidad
Estos asuntos complejos se derivan de más de una causa. A continuación, describimos algunas de las razones por las que el objetivo de Hambre Cero está en peligro:
Las dietas saludables no son asequibles para muchas personas.
Vivimos en un mundo en donde los alimentos ricos en calorías son baratos y más accesibles, pero carecen de nutrientes fundamentales para el crecimiento, el desarrollo y la salud en general. De acuerdo con el informe SOFI 2020, se estima que las dietas saludables son cinco veces más caras que las dietas que cumplen con las necesidades energéticas alimenticias por medio de alimentos con alto contenido calórico y de grasas. Asimismo, el costo de una dieta saludable excede el umbral de la pobreza internacional (capacidad de compra por persona de $1.90 dólares por día), por lo que es inasequible para la población pobre.
La crisis de COVID-19 incrementó la inseguridad alimentaria.
Un análisis preliminar sugiere que debido a la pandemia por COVID-19, la cifra total de desnutridos en el mundo sumará hasta 130 millones de personas más en 2020. Adicionalmente, lasinterrupciones en el suministro de alimentosy la reducción en los ingresos debido a las grandes pérdidas económicascausadas por el COVID-19 provocan que los hogares en el mundo experimenten circunstancias más desafiantes; por consiguiente, adquirir o tener acceso a alimentos nutritivos es más difícil para las comunidades vulnerables.
Los índices rápidos de urbanización promueven las dietas poco saludables.
Los hábitos relacionados con trabajar y comer lejos de casa, ligados a la expansión de las ciudades, tienen un impacto directo en la demanda de alimentos fáciles de preparar y altamente procesados o comidas precocidas con abundancia de calorías y altos contenidos de grasas, azúcares o sal que no necesariamente contribuyen a una dieta saludable.
Acciones que podemos realizar para alcanzar el Hambre Cero
Se necesita una acción urgente para poder alcanzar el objetivo de Hambre Cero. Facilitar la disponibilidad de alimentos nutritivos debe ser la prioridad, y esto requerirá que los países reevalúen los incentivos agrícolas, las inversiones y las políticas que fomenten un cambio de comportamiento frente a las dietas saludables.
Sin embargo, todos podemos realizar pequeñas acciones para acabar con la hambruna y todas las formas de malnutrición:
Reducir el desperdicio de alimentos.
De acuerdo con la Organización para la Alimentación y la Agricultura, se estima que un tercio o aproximadamente 1.3 miles de millones de toneladas de todos los alimentos producidos a nivel global se pierde o se desperdicia, lo que contribuye a la inseguridad alimentaria en el mundo.
Los alimentos frescos se descomponen poco a poco en determinadas condiciones ambientales. Por lo tanto, se necesita más innovación relacionada con cómo crear dietas más sostenibles, rentables y abundantes en nutrientes, así como también mejoras y apoyos para la cadena de suministros.
Tú puedes contribuir en la reducción del desperdicio de alimentos al planear comidas con tiempo para asegurar que estás preparando solo lo que vas a consumir, al utilizar los alimentos que tienen una fecha de vencimiento cercana o al donar alimentos no perecederos a bancos de alimentos locales.
Apoya las organizaciones que luchan contra los problemas relacionados con la hambruna.
A través de la iniciativa Nutrición para Hambre Cero (NFZH) nos asociamos con organizaciones encargadas de erradicar la hambruna, la inseguridad alimentaria y la desnutrición. Trabajamos con organizaciones como: Feed the Children, The Hunger Project, el Consejo Nacional Hispano sobre Envejecimiento y Chrysalis, que realizan el trabajo de campo para ayudar a facilitar el acceso a alimentos nutritivos y trabajan para abordar la inseguridad alimentaria sistémica y la desnutrición. Nuestra asociación y nuestros expertos en nutrición ayudarán a ampliar el alcance y el impacto en general.
Promover la educación en nutrición para ayudar a las personas a tomar decisiones más saludables.
La nutrición acompañada de un estilo de vida más activo y saludable puede impactar enormemente en la salud, pero la educación puede, con frecuencia, ser un desafío para aquellos que quizá no saben cómo empezar o que están abrumados con información contradictoria. Como parte de la iniciativa NFZH, trabajamos con nuestra red de expertos en nutrición para desarrollar y brindar herramientas para impulsar a las personas a tomar decisiones saludables. Nuestros socios NFZH nos ayudan a compartir herramientas y recursos con el fin de aumentar la educación en nutrición y a personalizarlas para las comunidades según sus ubicaciones geográficas, idiomas y edades.
Acabar con la hambruna y la desnutrición requerirá de un esfuerzo colectivo en el que se unan los legisladores, la sociedad civil y el sector privado. Tú puedes formar parte de este llamado mundial de la #NutriciónparaHambreCero al aprender más, concientizar e involucrarte. Cada esfuerzo suma cuando se trata de hacerle frente a un asunto global tan urgente como la hambruna.