La alimentación es un derecho humano. En un mundo de abundancia, ningún hombre, mujer o niño debería irse a la cama con hambre. Durante 60 años, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, la organización humanitaria contra el hambre más grande, ha trabajado en la primera línea de las peores crisis, haciendo todo lo posible para entregar alimentos que salvan vidas a las comunidades vulnerables. Pero una vez que la crisis ha pasado, también trabajamos para empoderar a las comunidades para que desarrollen resiliencia ante la agitación futura. Es por eso que nos sentimos tan honrados de recibir el Premio Nobel de la Paz 2020 y por eso nos esforzamos al máximo: para que las familias puedan sobrevivir a las emergencias, desarrollar resiliencia y lograr estabilidad a largo plazo.

La entrega de asistencia alimentaria en situaciones de emergencia es fundamental para nuestro trabajo. Desde huracanes y terremotos hasta estallidos de conflictos y sequías, y ahora COVID-19, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas responde de inmediato, entregando ayuda humanitaria y alimentos a las comunidades que padecen hambre en más de 80 países cada año. El año pasado, alimentamos a 114 millones de personas y nuestro objetivo es llegar a 120 millones de personas en 2021.

Guatemala: un país afectado por la pobreza, pandemias y desastres naturales

Guatemala enfrenta graves retos para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 2 sobre Hambre Cero, que incluye acabar con todas las formas de malnutrición para el año 2030. Casi la mitad de la población no puede pagar el costo de la canasta básica, lo cual ha causado la prevalencia del retraso del crecimiento en niños menores de cinco años, la más alta en América Latina y el Caribe.

Guatemala, un país multiétnico con un rico patrimonio cultural, es uno de los más desiguales de América Latina. Mientras que dos tercios de la población total viven con menos de 2 dólares al día, la pobreza afecta en su gran mayoría a los pueblos indígenas: el 80% de ellos padecen carencias en múltiples aspectos de su vida, como la seguridad alimentaria, la nutrición, la salud y la educación.

Un estudio reciente realizado por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias examinó los efectos a corto plazo de la cuarentena por COVID-19 sobre la seguridad alimentaria y la nutrición de los hogares rurales del Altiplano Occidental de Guatemala, que posiblemente es la región más vulnerable del país, con las tasas de pobreza y retraso del crecimiento más altas y caracterizada por la agricultura minifundista, la baja productividad agrícola y el acceso reducido al mercado. Los resultados indican que los ingresos disminuyeron, la inseguridad alimentaria se multiplicó y la diversidad en la alimentación se redujo.

Los desastres naturales agravan estos problemas. Guatemala está entre los diez países más vulnerables y expuestos a los riesgos naturales de la región de América Latina y el Caribe. De acuerdo con nuestro estudio de 2020, la pérdida de ingresos de un 64% de los hogares se debió a eventos climáticos a nivel nacional.

Llevamos la esperanza a Guatemala, una comida a la vez

El plan estratégico por país del PMA para 2021-2024 es apoyar al Gobierno de Guatemala en el logro de un desarrollo sostenible, inclusivo y equitativo. Invertimos en:

Dado que la variabilidad del clima y los desastres naturales son causantes del hambre, el Programa Mundial de Alimentos fomenta la capacidad de las comunidades y gobiernos para adaptarse a los retos del cambio climático. El PMA apoya los esfuerzos del gobierno en prevenir el retraso del crecimiento proporcionando alimentos nutritivos especializados a niños menores de dos años y promoviendo un cambio de comportamiento. Damos prioridad a los municipios en donde el retraso del crecimiento en niños menores de 5 años supera el 50%, como Alta y Baja Verapaz, Sololá y Chimaltenango.

Nuestra colaboración con Nutrición para el Hambre Cero

Estamos orgullosos de asociarnos con Herbalife Nutrition, una compañía de nutrición líder que destinó más de 333,000 dólares para apoyar nuestros esfuerzos de respuesta en situaciones de emergencia en Guatemala. Como parte de la iniciativa de Nutrición para Hambre Cero de Herbalife Nutrition, estos fondos se centrarán en la asistencia alimentaria, la creación de resiliencia y el fortalecimiento de la capacidad de respuesta tras la pandemia y el daño causado por el Huracán Eta en la región.

De enero a octubre de 2020, Nutrición para Hambre Cero ha brindado asistencia crítica a 62,000 guatemaltecos. Sus campañas de colecta de alimentos generaron más de 308,000 dólares en donaciones para más de 17 organizaciones, y se donaron 14,400 kilogramos de alimentos a 15 organizaciones.

La donación de Herbalife Nutrition contribuyó a los esfuerzos de respuesta de emergencia de Eta e Iota en Guatemala y permitió al PMA ayudar a más de 8,600 personas durante 60 días:

A través de las contribuciones de Herbalife Nutrition, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas continuará ayudando a fortalecer la seguridad alimentaria y la nutrición en las comunidades más vulnerables de Guatemala y apoyando sus esfuerzos para fomentar la resiliencia ante el cambio climático y la capacidad de respuesta.

Para saber más sobre el PMA, visita su sitio web aquí.