El corazón es un órgano relativamente pequeño, más o menos del tamaño de tu puño, pero es el músculo más fuerte del cuerpo; se encarga de mantenerte vivo y sano día con día, en cada segundo de cada minuto.

Si bien la función del corazón es bombear sangre y oxígeno a tus pulmones y cuerpo, deshacerse del dióxido de carbono innecesario en el torrente sanguíneo también es crucial para tu bienestar general. El corazón es susceptible a enfermedades cardiovasculares, tales como cardiopatías o embolias. Estas enfermedades son conocidas por ser algunas de las causas de muerte más comunes en todo el mundo, pues cobran la vida de 17.9 millones de personas cada año.

Lo más alarmante es que la mitad de las enfermedades cardiovasculares se presentan en Asia y la edad es un factor de riesgo dominante para el padecimiento de enfermedades cardiovasculares; pues la prevalencia de estas enfermedades incrementa con la edad. De hecho, la prevalencia de la insuficiencia cardiaca entre la población adulta en los países desarrollados aumenta de entre 1% y 2% a más de 10% en mayores de 70 años, y el 80% de las personas que fallecen de enfermedades del corazón son mayores de 65 años.

Un estudio realizado por el Centro del Corazón de la Universidad Nacional de Singapur (NUHCS) y el Centro Nacional del Corazón de Singapur (NHCS), descubrió que las personas asiáticas desarrollan insuficiencia cardíaca una década antes en comparación con sus homólogos en el occidente. Los pacientes de las Islas Filipinas desarrollan insuficiencia cardíaca a la edad promedio más baja, con tan solo 54 años en comparación con el resto del continente asiático (Indonesia: 56 años, Taiwán y Corea del Sur: 63 años, Japón: 65 años y Hong Kong: 68 años). A diferencia de ellos, los pacientes europeos con insuficiencia cardíaca tienen una edad promedio de 71 años.

Consejos para envejecer con un corazón saludable

Tomando en cuenta estas estadísticas, ahora más que nunca es de vital importancia comenzar a cuidar tu corazón, especialmente si tienes más de 40 años.

Aquí te damos cinco buenos consejos para ayudarte a iniciar este camino hacia una vida más sana, tanto ahora como en el futuro.

Consejo #1: Identifica los riesgos para tu salud.

La clave para mantener un corazón saludable es conocer tus indicadores de salud. Recuerda que es importante visitar a tu doctor para realizarte una revisión médica de forma regular. Programa una evaluación médica completa al menos una vez al año, o visita ocasionalmente una clínica de salud para recibir una revisión rápida.

Cabe destacar que la hipertensión es el principal factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, lo cual es altamente preocupante, considerando que es conocida como el “asesino silencioso”, ya que no muestra señales de advertencia o síntomas. Por este motivo, es imprescindible que revises tu presión arterial periódicamente. En caso de que no se trate o diagnostique, podrías estar en riesgo de padecer alguna enfermedad del corazón o derrame cerebral.

Consejo #2: Disminuye tus malos hábitos.

Dejar de fumar es lo mejor que puedes hacer para proteger tu corazón, y la buena noticia es que el riesgo a tu corazón disminuye considerablemente una vez que lo dejas. Fumar daña las paredes arteriales y causa que se acumule materia grasa (ateroma), lo cual disminuye el tamaño de la arteria. Algunos pueden sentir dolor en el pecho –conocido como angina– como señal de advertencia, pero la mayoría de las personas no se dan cuenta de que sus arterias se han reducido sino hasta después de sufrir un infarto o derrame cerebral.

¡Decídete a no volver a fumar y mantén tu compromiso! Tira tus cigarrillos, encendedores y ceniceros, y dales una oportunidad a los sustitutos de nicotina. Dejar este hábito nocivo tendrá más beneficios para tu cuerpo de los que te imaginas.

Consejo #3: Lleva una dieta saludable para tu corazón.

Según nuestra Filosofía de Nutrición Global, el consumo calórico ideal debe distribuirse en 40% de carbohidratos, 30% de proteína y 30% de grasas saludables, junto con 25 gramos de fibra y una hidratación adecuada (alrededor de ocho vasos de agua al día).

Para incrementar la salud de tu corazón, adopta una dieta de frutas frescas, vegetales, proteína magra y granos enteros para obtener tu dosis diaria de vitaminas y minerales. Para grasas saludables, alimentos como pescados grasos (el salmón, la caballa y el atún), la linaza, las nueces, las semillas de calabaza y las semillas de soya son alimentos repletos de ácidos grasos omega 3, los cuales reducen el riesgo de padecer enfermedades del corazón. El pescado no sólo es un excelente substituto para alimentos como la carne, la cual contiene un alto porcentaje de grasas saturadas, los omega 3 también ayudan al sistema cardiovascular disminuyendo los niveles de colesterol y triglicéridos.

Consejo #4: Haz latir a tu corazón.

Los beneficios del ejercicio y la actividad física diaria son más que sólo perder peso o verte bien. Aparte de mejorar la salud del cuerpo, el ejercicio ayuda a que nuestros vasos sanguíneos se relajen y extiendan, dejando que la sangre fluya mejor por las venas y alimente el corazón. Esto estimula la producción de óxido nítrico en el cuerpo, el cual controla, regula y protege el sistema cardiovascular, contribuyendo a que tengas un corazón más sano.

Para impulsarte a una vida activa intenta hacer al menos 30 minutos de actividad física moderada todos los días. Si esto te cuesta trabajo, intenta agregar uno que otro paseo durante tu día laboral, deja tu carro más alejado de la entrada a tu oficina o usa una estación de trabajo de pie para evitar estar sentado todo el día.

Consejo #5: Disminuye tus niveles de estrés.

A pesar de que no se ha encontrado una relación directa entre altos niveles de estrés y las enfermedades del corazón, este puede ser un riesgo para la salud de tu corazón.

El estrés puede causar hipertensión, comer en exceso, una vida sedentaria o causar que fumes más. Los largos periodos de estrés también pueden provocar niveles elevados de hormonas de estrés como la adrenalina y el cortisol, las cuales incrementan el riesgo de infarto.

En beneficio de tu bienestar, toma el tiempo de relajarte y participar en actividades que disfrutas. Las personas menos estresadas se ejercitan más y comen mejor, y ambas actividades son muy importantes para mantener un corazón sano.

Al final del día, adoptar un estilo de vida activo y saludable puede ser la clave para mantener la salud de tu corazón bajo control. Si no has empezado, ahora es el tiempo de incorporar uno o más de estos consejos a tu vida diaria para mantener a tu corazón latiendo con fuerza durante las próximas décadas.

Una cosa es cierta: ¡tu corazón te lo agradecerá con la edad!

Kent Bradley, M.D., MBA, MPH – Director de Salud y Nutrición

Kent L. BradleyM.D., MBA, MPH – Director de Salud y Nutrición

El Dr. Bradley es Coronel retirado del Ejército, graduado de la Academia Militar de Estados Unidos y cuenta con una Maestría en Salud Pública de la Universidad de Minnesota; tiene la MBA ejecutiva de la Universidad de Denver y el título de médico de la Universidad de Ciencias de la Salud de los Servicios Uniformados de Bethesda, Maryland. Está certificado por la junta en Salud Pública y Medicina Preventiva y posee un certificado en Administración Empresarial de INSEAD.