Soy muy disciplinada para auto examinarme. Tengo una afección llamada Pecho Fibroquístico, lo que significa que se forman bultos benignos en mis senos y tengo que vigilarlos porque uno podría ser maligno. Así es como me diagnosticaron cáncer de seno a los 30 años: el autoexamen que me realicé salvó mi vida.
“Eres tan joven” fue una de las frases que más escuché después de que me diagnosticaron. Sé que todos los que la decían tenían buenas intenciones, pero es una expresión engañosa porque el cáncer no discrimina, no es exclusivo de personas mayores o de cierta edad. Y puede ser difícil para las jóvenes reconocer eso, pero hacerlo puede llevarlas a escuchar su cuerpo, cuidarse a sí mismas y hacerse chequeos regulares.
Cuando estás pasando por momentos difíciles, ya sea depresión, ansiedad o cáncer, lo peor es sentir que estás solo, que nadie sabe por lo que estás pasando. Aún con los maravillosos y comprensivos que fueron mi familia, amigos y colegas, solo las mujeres, de mi edad y menores, a las que se les diagnosticó cáncer de seno sabían cómo me sentía. Encontré en esa comunidad una enorme cantidad de apoyo y esperanza.
Encontrar estos grupos de mujeres fue realmente útil en mi proceso de recuperación, y aún lo es. Ellas me ofrecieron palabras de aliento y eso hizo toda la diferencia para mí. Conocer personas que sobrevivieron y prosperaron después de pasar por lo que estaba pasando me dio esperanza. Pero para algunas de nosotras, sobrevivir es la parte más difícil del cáncer, porque se espera que regreses a la normalidad. Y la vida no vuelve a la normalidad.
Cuando me diagnosticaron, estaba en “modo de lucha”. No me permití pensar en lo que estaba pasando; estaba demasiado concentrada en sobrevivir el tratamiento. Todo el tiempo, mi propósito era volver a la normalidad y vivir mi vida tal como la vivía antes de que me diagnosticaran. Pero he descubierto que no se vuelve a la normalidad: el cáncer te cambia para siempre. Ser diagnosticada con esta enfermedad potencialmente mortal, te obliga a encontrar una nueva normalidad.
Para mí, la nueva normalidad ha sido aprender a ser amable conmigo misma, ser amable con mi cuerpo y mi mente. ¡Mi cuerpo ha soportado tanto, y ha luchado por mí! Y mi mente ya no es la misma que antes: aún tengo heridas de batalla con las que estoy aprendiendo a lidiar, y lo estoy haciendo con el apoyo de mis seres queridos. Estoy aprendiendo a aceptar que las cosas son diferentes y partir de ahí para seguir adelante.
Como sobreviviente de cáncer de seno, estoy orgullosa del apoyo que Herbalife Nutrition brinda a la Sociedad Americana Contra el Cáncer* para ayudar a crear conciencia y recaudar fondos para la investigación continua sobre el cáncer. Saber que las instituciones tienen los recursos para seguir realizando estudios de alto nivel me hace sentir más confiada y capaz de brindar apoyo a las mujeres que están pasando por lo que yo viví.
La Sociedad Americana Contra el Cáncer no endosa ni promociona ningún producto o servicio de Herbalife Nutrition. La mayoría de los suplementos dietéticos, incluyendo los productos de Herbalife Nutrition, no han demostrado ser beneficiosos para la prevención o el tratamiento del cáncer. Las personas que se someten a tratamiento contra el cáncer deben consultar con su proveedor de cuidado de la salud antes de usar cualquier suplemento dietético.