Si te dijera que necesitas conducir hasta el otro lado del país sin parar en la gasolinera, ¿qué pensarías? ¡Imposible! Los automóviles no están diseñados para ir tan lejos sin recargar combustible.
Entonces, ¿por qué nos sorprende que los humanos no nacimos para trabajar y pensar sin descanso? La necesidad de recargar energía es demasiado obvia. Así como los automóviles, cuando nos quedamos sin combustible, simplemente nos detenemos. Alimentar nuestra mente y atender la salud mental es tan importante como reabastecer nuestro cuerpo.
Podemos comparar la salud mental con el aceite para automóviles. A medida que conducimos, el aceite se desgasta y poco a poco pierde eficacia. Si no prestamos atención a las advertencias del coche, forzamos el funcionamiento del motor con muy poco o nada de aceite y, literalmente, se desgasta, se sobrecalentará y, finalmente, dejará de funcionar.
Al igual que un automóvil con poco aceite, el cansancio mental puede provocarnos un desgaste. Esto se debe a que exigimos a nuestro cuerpo más de lo que puede soportar.
¿Cómo podemos evitar el desgaste físico?
La pandemia ha generado toda una ola de información. Nosotros intentamos sintetizarla y sacar conclusiones, porque así es como trabaja nuestro cerebro. Sin embargo, se genera un conflicto mental cuando recibimos nueva información que modifica o que incluso contradice los datos anteriores.
Una forma de resolver este conflicto es alejarnos de la información, y en ocasiones, el tiempo nos resulta útil para crear este distanciamiento. Tenemos que bajar el ritmo de nuestro día a día con el fin de conseguir ese espacio que necesitamos para pensar y poner las cosas en perspectiva.
Por lo tanto, puedes poner en práctica los siguientes consejos para reducir el cansancio mental:
¡Evita la información en exceso!
Estar conectado las 24 horas puede generar tensión mental y ansiedad. Establece horarios durante el día para tomar un descanso de ver, leer y escuchar las noticias.
Reconoce que la información no es eterna.
La información está limitada por lo que se sabe en ese momento. Tendemos a darle un significado a las cosas y generar conclusiones a partir de él. No obstante, es probable que nuestras conclusiones sean efímeras y no siempre certeras.
Dale un descanso a tu mente con prácticas de relajación.
La meditación es algo de lo que muchos hablamos, pero poco practicamos. Tener en mente las 6 R puede ser muy útil para controlar el estrés y la ansiedad de la mejor manera.
Enfócate en otras cosas.
Piensa en algo más que no sea la pandemia. Una buena idea podría ser practicar alguna actividad que te llene de energía positiva y motivación.
Practica la gratitud.
Es muy fácil decirlo, ¡pero tan difícil hacerlo! La gratitud significa identificar y reconocer cosas por las que podemos estar agradecidos. Agradecer por lo que tenemos nos llena de energía y nos ayuda en los momentos difíciles.
Practica la confianza.
Esto va más allá del: “¡Sí se puede!”. También es creer que somos capaces de actuar para lograr lo que sea necesario ante la adversidad. La confianza crea esperanza.
Dale un significado y un propósito a lo que te rodea.
Piensa que nuestra vida tiene significado, valor y propósito. Así pues, también nuestras acciones tienen un propósito y por lo tanto, debemos actuar para seguir adelante a pesar de los contratiempos y dificultades.
Practica la conectividad.
La conectividad significa saber que no tenemos que estar solos en esto y, en efecto, no debemos estarlo. Ninguno de nosotros está solo; muchos otros están atravesando esta misma trayectoria, y juntos podemos superarlo.
Desarrolla una mentalidad positiva.
No nos referimos a la típica idea de que el “vaso está medio lleno” –aunque, en ocasiones, este pensamiento puede resultar útil. Esta mentalidad se nutre del beneficio de las emociones positivas que, a menudo, provienen de la gratitud, el propósito y la conectividad. Es tanto un resultado como una manera de pensar, pues reconocemos la necesidad de tener pensamientos positivos para lograr la tranquilidad en estos tiempos difíciles.
No olvides reabastecer el cuerpo
Como lo mencionamos anteriormente con los automóviles, nuestro cuerpo necesita combustible. Pero este combustible debe favorecer a nuestra salud en general. Debemos consumir las fuentes principales de nutrientes para darle energía a nuestras células y que estas cumplan con sus funciones.
Esos nutrientes forman parte de una dieta saludable que a veces no podemos llevar. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de las personas en todo el mundo consume bajas cantidades de magnesio y vitaminas A, C, D y E.
Debemos pensar en nuestras necesidades nutricionales y responder a ellas para reabastecer nuestro cuerpo.