Existen diversas formas de mejorar tu rendimiento deportivo, pero ¿sabías que enfocarse en la salud intestinal puede ser sumamente beneficioso? A menudo nos enfocamos en el entrenamiento físico, pero el hecho de que nuestro intestino funcione a un nivel óptimo desempeña un papel muy importante en el rendimiento.

El entorno interno de nuestro intestino es igual de importante, o tal vez más, que el entorno externo. En cada momento del día se llevan a cabo cientos de procesos en el intestino para mantener una digestión normal y la salud en general. La salud de nuestro entorno interno o microbioma no solo se ha asociado con la salud física, sino también con la salud mental.

Una de las razones por las que la salud del microbioma es tan importante es que alberga miles de cepas de bacterias beneficiosas que ayudan a descomponer los alimentos, lo que permite que obtengas más nutrientes de los alimentos que consumes. Las investigaciones han demostrado que combinar el ejercicio con una dieta alta en fibra y nutrientes ayuda a aumentar las bacterias beneficiosas en el intestino.

Cuando no hay suficientes bacterias beneficiosas, el impacto en el sistema digestivo puede ser significativo. Los síntomas comunes pueden incluir calambres, acidez estomacal, irregularidad, entre otros, lo cual puede impedir que termines una carrera o una rutina de ejercicios. Sin embargo, en las publicaciones médicas se ha demostrado que un microbioma saludable tiene efectos positivos durante el ejercicio, como el aumento del suministro de oxígeno a los músculos que trabajan.

Del mismo modo, la actividad física regular también es buena para la salud gastrointestinal. De acuerdo con la revista Journal of the International Society of Sports Nutrition, el ejercicio puede promover un intestino más saludable caracterizado por un microbioma más diverso y una mayor abundancia de bacterias intestinales beneficiosas.

¿Qué puedes hacer para mejorar tu salud intestinal?

Sin importar tu condición física, prestar atención a los siguientes puntos te ayudará a maximizar tu salud intestinal:

Consume suficiente fibra

La fibra se encuentra en alimentos como las frutas, los vegetales, los frijoles y los granos integrales. Los adultos deben consumir aproximadamente 25 gramos de fibra al día; sin embargo, el promedio de ingesta entre los adultos de Estados Unidos apenas equivale a la tercera parte de esta cantidad. Aunque debemos consumir fibra durante todo el día, ¡el único momento en el que se debe evitar es inmediatamente antes de hacer ejercicio!

Ingiere bacterias beneficiosas

Muchos alimentos como los yogures, el miso, el tempeh y el kéfir, así como los alimentos encurtidos como los pepinillos, el chucrut y el kimchi, contienen bacterias saludables que pueden beneficiar a tu intestino.

También puedes considerar la posibilidad de tomar suplementos para mejorar tu salud digestiva. Por ejemplo, desarrollamos Simply Probiotic como un práctico suplemento diario para ayudar a nuestros clientes a sentirse mejor cada día. Está formulado con BC30TM*, un probiótico que favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas para mantener el equilibrio del microbioma.

Mantén un registro de alimentos

Cambiar tus hábitos alimentarios puede conllevar a cambios importantes tanto positivos como negativos para tu digestión. Documentar lo que comes y cuándo lo comes no solo ayuda a controlar la cantidad de alimentos que consumes, sino que también puede ayudar a identificar cualquier problema digestivo que pueda tener un impacto negativo en tu plan de ejercicios.

*BC30TM es una marca registrada de Kerry Group.
Dana Ryan, PhD, M.A. – Directora de Rendimiento y Educación Deportiva

Dana RyanPhD, M.A., MBA – Directora de Rendimiento y Educación Deportiva

Dana Ryan obtuvo su Doctorado en Actividad Física, Nutrición y Bienestar Físico en la Universidad Estatal de Arizona. Antes de que se integrara a Herbalife Nutrition, enseñó Fisiología del Ejercicio y cursos afines en la Universidad Estatal de California en Los Angeles (CSULA) y ha realizado investigación en la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) sobre el impacto de los programas en la comunidad sobre nutrición y actividad física ante el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.